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En un mercado saturado de simuladores que exigen horas de aprendizaje meticuloso y arcades que apuestan por la velocidad sin mirar atrás, #DRIVE Rally se presenta como una alternativa intermedia, equilibrada y decididamente divertida. Esta nueva propuesta de Pixel Perfect Dude, estudio indie polaco con trayectoria en el desarrollo para dispositivos móviles, marca su desembarco sólido en PC (Steam), aprovechando al máximo las lecciones aprendidas durante su paso por el Early Access. En su versión 1.0, el juego logra consolidar una identidad muy marcada, ofreciendo una experiencia que conjuga la intensidad clásica del rally con una curva de entrada amigable para jugadores de todos los niveles. Lo hace sin perder el encanto visual, con una dirección de arte reconocible, una conducción disfrutable y copilotos que se convierten en compañeros inseparables en cada etapa.
INTRODUCCIÓN
A diferencia de otros títulos del género que apuestan por campañas narrativas o progresiones dramáticas, #DRIVE Rally opta por contar su historia en el camino, etapa tras etapa. Y lo hace no solo con el rugido de los motores o el crujido de la grava bajo las ruedas, sino también a través de la ambientación regional y los equipos que dan contexto al recorrido. En total, hay seis equipos principales, cada uno asociado a una región particular del mundo:
Benzin Motors: Inspirado en Alemania. Ofrece rutas técnicas y arquitectura europea.
Gassol: Representa a Norteamérica. Presenta tramos abiertos, asfalto puro y paisajes desérticos típicos de Estados Unidos.
Northern Lights: Llega desde Finlandia. Se caracteriza por su clima gélido, pistas nevadas y curvas técnicas entre bosques helados.
Steel Lotus: Rinde homenaje a Asia. Combina caminos angostos con templos y paisajes orientales.
Pepper Boi Racing: Inspirado en México. Apuesta por una estética colorida y festiva, con caminos polvorientos y decoraciones culturales.
DEJA VU REPAIRS: Con sede en Japón. Homenajea al anime y al drift, con escenarios que evocan directamente el mundo de Initial D.
Cada equipo cuenta con un copiloto que aporta color local a la experiencia, no solo en el acento sino también en las frases, referencias y formas de marcar las notas de ritmo. Esta decisión narrativa potencia la inmersión sin necesidad de cinemáticas ni historias preestablecidas: acá la historia se cuenta en cada curva, en cada salto y en la personalidad que transmite cada auto y copiloto.
JUGABILIDAD
El corazón de #DRIVE Rally es su jugabilidad, construida sobre una base sólida de física arcade pero con la coherencia necesaria para que cada error tenga sentido y cada acierto se sienta merecido. Las físicas del juego están diseñadas para que cada tipo de terreno —ya sea asfalto, grava, barro o nieve— tenga una respuesta tangible en el comportamiento del vehículo. No es necesario ser un piloto experto para empezar a disfrutar, pero dominar cada tramo requerirá práctica, atención al ritmo del copiloto y un buen conocimiento de la respuesta de cada categoría de auto.
Los vehículos se dividen en tres categorías principales. CL (Classic), ideales para principiantes, con una respuesta suave y controlada. RS (Racing Sport), con un mejor rendimiento y exigencias más altas en curvas y frenadas. XR (Extreme Rally), verdaderos bólidos de competición que premian la precisión y penalizan los errores. Esta progresión permite que cada nuevo desbloqueo no solo sea una mejora estética o de velocidad, sino un nuevo desafío. Además, el juego ofrece una rica personalización estética: se pueden modificar paragolpes, capó, alerones, sistemas de escape, pinturas y vinilos, lo que permite que cada auto refleje tu estilo sin alterar su rendimiento.
En cuanto a los modos de juego, la propuesta es robusta. El modo Campeonato presenta cada región como un bloque progresivo de etapas, con desbloqueo de contenido y crecimiento natural. Carrera Rápida es ideal para practicar o competir en un tramo específico sin presión. Exploración Libre ofrece un espacio donde recorrer los mapas sin cronómetro, recolectar objetos y probar configuraciones sin estrés. Por último, el Modo Fiesta introduce el componente multijugador, permitiendo desafíos locales o en línea con amigos y otros jugadores.
Pero uno de los elementos más motivadores es la tabla mundial de tiempos, que permite comparar tus registros con los de otros corredores alrededor del mundo. Superar tu propio tiempo ya es un logro, pero ver cómo tu nombre asciende entre los de jugadores de otros países añade un incentivo extra para repetir etapas y buscar la trazada perfecta.
PRESENTACIÓN
En términos generales, la presentación técnica del juego es impecable. La interfaz es intuitiva, con íconos grandes y navegación sencilla tanto con mouse como con control. Se puede ocultar el HUD, cambiar la intensidad de las indicaciones del copiloto, o alternar entre tres cámaras diferentes: tercera persona, cabina y una cinemática que recrea planos aéreos como si estuvieras viendo una transmisión televisiva desde helicóptero.
El juego corre de forma fluida en Steam Deck, donde cuenta con verificación oficial, y en nuestras pruebas no registró bugs graves, más allá de un incidente aislado donde el auto quedó atrapado en el terreno, resuelto con un parche posterior. También se solucionó un popping de texturas presente al momento del lanzamiento. El modo foto integrado permite capturar imágenes espectaculares desde cualquier ángulo, aplicar filtros y exportar fácilmente tus mejores momentos.
El único punto flojo sigue siendo el idioma: si bien los menús están localizados, los audios y subtítulos permanecen exclusivamente en inglés, lo que puede dificultar la experiencia a quienes no estén familiarizados con el idioma.
Gráficos
El apartado visual de #DRIVE Rally brilla gracias a su estilo low-poly estilizado, que, lejos de buscar realismo, apuesta por la claridad visual y una dirección artística coherente. Cada región se diferencia no solo en su topografía sino en su paleta de colores y estilo artístico. Japón está dominado por neblinas azules y caminos montañosos. Finlandia, por blancos deslumbrantes y cielos limpios. África, por tonos ocres y polvo suspendido. Sudamérica, por selvas exuberantes y caminos con barro y vegetación densa. Esta diferenciación, además de ser visualmente atractiva, aporta variedad y evita la repetición en largas sesiones de juego.
Los interiores de los vehículos, aunque simplificados, replican detalles esenciales de los autos que homenajean, lo que suma puntos para quienes disfrutan de la vista en primera persona. A esto se suma la fluidez de la acción: incluso en Steam Deck, el juego se mantiene estable a 60 FPS, lo que garantiza una experiencia óptima en dispositivos portátiles.
Música
La música en #DRIVE Rally es un recurso bien medido. Durante las carreras, el sonido del motor y las notas del copiloto toman el protagonismo, lo que favorece la concentración y la inmersión. No hay banda sonora durante la conducción, lo que puede parecer austero para algunos jugadores, pero que muchos agradecerán como una decisión de diseño que pone el foco donde debe estar: en la conducción. En los menús, sin embargo, una serie de pistas suaves y ambientales acompañan la navegación sin estorbar.
Sonido
El diseño sonoro es otro de los puntos altos del juego. Cada categoría de vehículo tiene un sonido distintivo, y los efectos de superficie —desde el zumbido del motor sobre asfalto hasta el traqueteo en grava— están bien logrados. La voz del copiloto tiene la claridad necesaria para entender cada instrucción, incluso en medio del caos de una curva mal tomada o un salto inesperado. La mezcla general es precisa, y no hay sobresaturación de efectos. Para los puristas del sonido motor, este apartado será sin duda uno de los más satisfactorios.
Antes del lanzamiento completo, #DRIVE Rally ya había pasado por nuestras manos en su etapa de acceso anticipado. En aquella ocasión publicamos una preview exclusiva en Gaming Coffee, donde analizamos sus primeras impresiones, estilo visual y sensaciones al volante. Si quieren conocer cómo evolucionó desde entonces.
CONCLUSIÓN
#DRIVE Rally es una bocanada de aire fresco dentro del género de los juegos de carreras. Lejos de competir directamente con los grandes simuladores, encuentra su espacio como una experiencia accesible, bien calibrada, estéticamente sólida y altamente disfrutable. Su progresión de vehículos, los equipos regionales, el sistema de tiempos globales y la posibilidad de jugar tanto solo como con amigos lo convierten en un juego rejugable y personalizable.
Es ideal para quienes buscan una experiencia de rally que no abrume, pero que sepa ofrecer desafíos reales. Si querés sentir el derrape en una curva cerrada, pelear contra el cronómetro o simplemente disfrutar de una escapada visual por los paisajes más icónicos del rally mundial, este juego te va a tener a bordo por horas.
Recomendado para aficionados al rally clásico y moderno, jugadores que valoren progresión, personalización y desafío, y cualquiera que busque una alternativa sólida y fresca dentro del género de carreras.
#DRIVE Rally
Es una propuesta equilibrada y divertida que combina la intensidad del rally con una curva de aprendizaje accesible para todos los jugadores. Con una jugabilidad sólida, personalización estética y una experiencia inmersiva a través de diversos equipos regionales, ofrece un desafío constante sin perder su atractivo visual y accesibilidad.
Análisis
- Precio / Calidad
- Gráficos
- Jugabilidad
- Sonido / Música
- Historia
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